Agüero 2038


Casa Agüero 2038 (Virasoro- 1925)
HABITAR
585 m², sobre un terreno de 680 m²
Es la vivienda del arquitecto, realizada sobre un lote de forma trapezoidal de 20 m. de frente.
La construcción es semiexenta, recostándose sobre uno de los laterales. Esta decisión no creemos que se deba a una intención de ruptura con la ciudad sino que se inscribe en el proceso de cambio tipológico que va del palacio al petit hotel impulsado por la reducción del tamaño de los lotes «Primero se perderá la condición efectivamente exenta, pero no la retórica, como en el palacio Alzaga Unzué, que ha rotado y ya no mira a la calle sino que su fachada principal enfrenta su propio y único jardín, convirtiéndose en una construcción que es semiexenta.» [Diez, 25-28] La exigüidad del jadrín del frente y la retórica del palacio forman parte de la decisión de elevar la casa sobre el terreno.
La posición del garage pasa al frente, debido a la forma del lote que se angosta. La originalidad está en la vinculación de éste con la casa, mediante un pasillo subterráneo. Solución original pero que también denota una transformación en los usos, que no son ceremoniales como en el palacio y pasan a ser prácticos. Asimismo, el ‘hall de recepción’ del palacio (o de la casa de V. Ocampo, por ejemplo), se ha transformado en ‘hall de distribución’. Hay un proceso de funcionalización de los espacios (pensemos en el primer patio de la casa de patios.
Esto forma parte de la trayectoria de Virasoro, que pasa en sus obras del eclecticismo francés al uso en sus primeros trabajos a la influencia del pragmatismo norteamericano: «Los maestros son los yankis o los rusos, según se prefiera.» [Virasoro, 182]
Vivienda unifamiliar de tres plantas, donde la inferior es de recepción y estar, la planta alta de dormitorios y la última contiene un estudio, servicios y terraza.
En lo que nos interesa acá, el habitar, los cambios que propone no son desde el racionalismo europeo (proponer un habitar deseable a partir de la lógica racional), sino desde el pragmatismo (adecuar el proyecto y la construcción para permitir un habitar a tono con los tiempos). Su propuesta se basa en higiene y comodidad (no nombra la eficiencia de los funcionalistas, por ejemplo) : «No hay duda que la higiene va unida a la comodidad. Vivir bien es vivir higiénicamente (...) Se quiere vivir con comodidad y si es posible con lujo. La arquitectura no debe ir en esto a la zaga; debe poder dar lo que los tiempos actuales le piden.» [Virasoro, 183]
La idea de vivir higiénicamente descansa en el orden. Todas las formas utilizadas lo sugieren. Pero aquí debemos ser cuidadosos en distinguir éste poner orden en el lugar en que se habita del orden racionalista, que parte de un orden a priori, abstracto; es la diferencia entre un orden técnico y un orden científico. Un orden que contempla la historia del habitar y las costumbres a uno que se imponga al margen de la historia y las costumbres. Un orden científico, racionalista, no partiría de una tipología existente, como es el caso de ésta casa. Estas consideraciones exceden el campo del habitar y nos llevan a la particular encrucijada histórica en que se encuentra la obra de Virasoro: un arquitecto-empresario en el campo profesonal de los arquitectos-artistas modelado por la oligarquía, en una Argentina que ha cambiado drásticamente en los años ’20, con un ingreso per cápita en la pampa húmeda similar al de Canadá o Australia, con un mercado interno en expansión que abría posibilidades al desarrollo industrial. Cobra más importancia la figura de Virasoro si la vemos inscripta en la lucha por la hegemonía en el campo cultural, que define, desde los gustos imperantes, orientaciones culturales. Da cuenta de ésta situación lo que marca Liernur:
«Los postulados de sobriedad y ascetismo, el "lujo del obrero" permitían una suerte de elegancia fácil, al alcance de quienes no tenían dominio sobre los sistemas estéticos consagrados. Jorge Luis Borges se refería con ironía a esta flaqueza denunciando la arquitectura de "los reticentes cajoncitos de Virasoro, que para no delatar el íntimo mal gusto se esconde en la pelada abstención".» [Liernur, II p.1-2]

La importancia de la higiene tiene otro costado:
«La limpieza de las cosas se asimila así a la limpieza moral, y por carácter transitivo la cualidad higiénica del mundo doméstico se eleva a la condición de verdad. Una austeridad, una noción de verdad y una limpieza moral que se articulan muy tempranamente con los debates estéticos en curso en la cultura occidental, de John Ruskin a Gottfried Semper a Emanuelle Viollet Le Duc. »[Liernur, p.19]

Los nuevos materiales y tecnologías (revestimientos, cristales, pinturas, instalaciones) permiten la higiene; el arquitecto debe utilizarlos y resolver el proyecto pensando en la comodidad. En sintonía con esto está la transformación de la sala en living, en lugar donde se vive, cómodo y práctico y no lugar de representación, invadido de muebles.
Como corresponde a su actitud más práctica que revolucionaria, conserva características de la tipología del palacio o del petit hotel.
Aparece totalmente diferenciada la zona correspondiente a la vida de la familia, de la del servicio, que tiene escalera propia y todo un diseño de pasajes independiente. La importancia dada a la representación tambien es propia del petit hotel, con un alto porcentaje de la superficie destinada a pasajes y halles íntimos.
Este compromiso entre las funciones y la representación determina decisiones como la de dar al dormitorio principal, de generosas dimensiones, y con salita anexa, un pequeño balcón, mientras uno de los dormitorios secundarios dispone de la terraza sobre el acceso.

FORMA
Las plantas están resueltas de acuerdo a normas académicas, con sus sitemas de simetrías y sus articulaciones. Los volúmenes del escritorio y del Hall han sido girados, adoptando formas de planta octogonal.
No duda en utilizar los viejos recursos académicos de simular ventanas, o de retranquear volúmenes para lograr la simetría de la composición. (Queda claro que lo que estaba en discusión no era la "mentira" de las formas académicas, sino diferencias de simbología).
Las esquinas están marcadas por un juego de estrías que aparecen como una simplificación de pilastras, que muestran un trabajo de geometrización de las formas clásicas, que no dejan de ser su referente (tanto para la composición como para las resoluciones formales). La misma referencia vale para la fuerte cornisa y el frontis, que no tiene detrás un techo a dos aguas sino una terraza plana. Lo que aparece más limpio de referencias (aunque esta tambien es una actitud propia del academicismo), son las zonas "utiliarias": la de servicio y la correspondiente al garage. La primera, aunque integra el volúmen principal está retirada de la línea de fachada y no participa de la simetría, y en el caso del garage, (hoy modificado), si bien mantiene la simetría, tanto el dintel escalonado como la ausencia de cornisa y la terraza bordeada por una baranda de herrería sin decoraciones, muestran las soluciones más modernas de la casa.

SIGNIFICADOS

Aparece el tema del automóvil, pero separado, independiente de la casa el volúmen del garage que se une a la casa por una escalera subterránea aprovechando el desnivel del terreno.
El uso de materiales nobles como los mármoles en los interiores se realiza por su valor prestigiante y no por el de otros valores más abstractos (pensamos en el uso que hace de ellos Mies en el Pabellón de Barcelona, calificando planos pulidos).
Si bien la vivienda es para su uso personal, la poética utilizada se inscribe en un plano más amplio. Es la propuesta hacia los sectores medios, refiere a la modernización usando un lenguaje comprensible por sus potenciales destinatarios. Así responde a las nuevas condiciones de la producción arquitectónica como mercancía. Referida a ésta situación es donde la obra cobra su mayor significación histórica y tambien donde muestra sus limitaciones a partir del compromiso con el gusto y las significaciones simbólicas de los sectores a los que se dirige.
Es pertinente considerarla en dsicusión con las variantes historicistas por un lado y las modernizadoras del grupo de V. Ocampo por el otro, y en el centro aparecerá la confrontación del “buen gusto” (aristocrático) frente al “utilitarismo” (norteamericano)

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